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La fisioterapia neurológica es una especialidad que trata las alteraciones y lesiones funcionales ocasionadas por una disfunción en el sistema nervioso, ya sea el central o el periférico, tales como: ictus, hemiplejias, neuralgias, esclerosis múltiple o parkinson, entre otras. La rehabilitación neurológica permite mejorar a muchos pacientes con enfermedades que afectan a este sistema.

¿Cómo logra sus objetivos Arthrosur?

Arthrosur centra su actividad en mejorar la movilidad del paciente. Dentro de la rehabilitación neurológica, la fisioterapia requiere la comunicación entre todos los profesionales implicados.

Es necesario conocer e identificar las necesidades de cada paciente para tomar las decisiones adecuadas y adaptar las técnicas de fisioterapia de manera individualizadas, y eso es una ventaja que Arthrosur aporta: el trato personalizado al paciente y su estado particular.

¿Cómo funciona esta especialidad de la fisioterapia y cuál es su objetivo?

Las enfermedades neurológicas afectan al cerebro, la médula espinal y los nervios, y por lo tanto también al movimiento. El objetivo esencial y común de la rehabilitación neurológica es conseguir la máxima funcionalidad del paciente y/o prevenir su deterioro, así como devolver la movilidad en la medida de lo posible.

Las necesidades terapéuticas varían en cada caso, pero algunas de las secuelas de estas enfermedades pueden verse mejoradas gracias a la fisioterapia; como la alteración del equilibrio, el control postural, la tensión muscular y muchos otras más.

En la fisioterapia neurológica infantil interviene desde los primeros meses de vida. Su objetivo es favorecer al máximo el desarrollo motor del niño, permitiendo que niños/as que han sufrido una lesión neurológica tengan un desarrollo motor adecuado o alcancen un desarrollo motor óptimo. Esto les permitirá alcanzar un grado de independencia en las tareas cotidianas.

En la edad adulta se centra en dos ámbitos diferenciados. Por una parte estarán las personas con un daño o lesión cerebral, producido por un daño cerebral adquirido (DCA), traumatismo craneoencefálico (TCE), etc. Su objetivo será conseguir una mejora física y potenciar la movilidad del paciente, evitando patrones posturales y de movimiento que provoquen dolor o malformaciones futuras. En estos casos, el/la fisioterapeuta realizará una intervención desde los primeros días hasta finalizar la rehabilitación.

Por otro lado encontraremos la rehabilitación de enfermedades neuromusculares y trastornos neurodegenerativos como el parkinson o la esclerosis múltiple. Estas pueden precisar un tratamiento menos intenso, aunque sí un pequeño seguimiento periódico para reeducar patrones y mantener todo el control voluntario disponible.

¿Qué técnicas/métodos se utilizan?

Algunos de los tratamientos más utilizados y conocidos en la rehabilitación neurológica son el método Bobath, que se utiliza para pacientes con disturbios de postura o movimientos, para orientarlos al reaprendizaje de movimientos normales y a la recuperación funcional.

Otra técnica de igual importancia es el método Perfetti, un ejercicio terapéutico cognoscitivo para mejorar la movilidad y funcionalidad en que se trabaja con las diferentes sensibilidades del cuerpo, tacto, presión y posición de las articulaciones. Está dirigida principalmente a pacientes que han sufrido un ictus.

La elección de estos métodos de tratamiento estará determinada por las necesidades específicas de cada paciente y su situación clínica. El equipo de profesiones que participe en la rehabilitación de cada paciente, valorará la técnica que mejor se adapte a las circunstancias particulares. La fisioterapia neurológica realiza además una labor de educación sanitaria. Es necesario reeducar posturalmente al paciente, pero su entorno también conocerá estas nuevas posturas y movimientos.

¿Cuándo empezar la rehabilitación neurológica?

Los nuevos avances y técnicas que se usan actualmente en fisioterapia están acelerando notablemente los procesos de rehabilitación y readaptación permitiendo que la persona recupere cuanto antes su funcionalidad y rendimiento. 

Hay varios factores que tenemos que tener en cuenta para empezar la rehabilitación en función de la gravedad y del tipo de lesión que se ha provocado. Pero a grandes rasgos, podemos resumir que la rehabilitación se debe comenzar a las 24-48 horas tras la lesión leve, de este modo, optimizamos el proceso de readaptación y es más probable que volvamos a la normalidad lo antes posible.

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